ALERGIA

Publicado: 11-06-2013 en Sin categoría

 Desde que nací soy alérgico al huevo.

 Como es de suponer, he escuchado millares de veces cuanto chiste se puede hacer al respecto. Y también, desde 1993, una serie de exclamaciones de solidaria perplejidad: ¿cómo te las arreglas para sobrevivir? Porque la vida puede ser muy complicada para un alérgico del patio, en particular durante los noventa, cuando en la mayoría de los hogares cubanos el huevo constituía el festín del fin de semana.

 Lo irónico es que puedo comer pollo, que, bien mirado, no es otra cosa que un huevo llevado a su máxima expresión. Eso me condujo a formularme interrogantes de raíz filosófica, desconcertantes ontologías personales: ¿en qué preciso momento el huevo-que-mata deja de ser tal para convertirse en pollo-que-alimenta? ¿Recién salido del cascarón? Bueno, pero ¿también me hacía daño diez segundos antes? La dificultad para llegar a certezas por la vía de la experimentación me condena a una eterna ignorancia. Es como cuando me preguntan si sólo soy alérgico al huevo de gallina y no a los de caguama, pato o avestruz; siento deseos de replicar al curioso: ¿y por qué no averiguas qué concentración exacta de ácido sulfúrico reduce tus tejidos a pulpa sanguinolenta?

 En el mundo hay cada vez más alérgicos. No es de extrañar, habida cuenta de cómo le va, de cómo prolifera toda suerte de intolerancias. Conozco alérgicos a los mariscos, a los lácteos, al chocolate, a la penicilina u otros medicamentos, y muchos, muchísimos al polvo y la humedad, pero -salvo casos extremos- ese es el nivel amateur, la cinta blanca para el aspirante: quienes rechazan el polvo y la humedad constituyen el proletariado de la población alérgica. La mía, en cambio, es una alergia de línea dura, porque no hay que pensar sólo en el huevo en sí y para sí, sino en cakes, pastelería, arroz frito, carnes empanadas, bombones con determinados rellenos, frituras, incluso algunos tipos de pan y ciertas pastas italianas; platos deliciosos, o eso me dicen, cuyo sabor moriré sin conocer.

 De ordinario, mi alergia es tan fuerte que me protege, pues a la primera cucharada de un plato sospechoso ya mi garganta empieza a hincharse, y eso me salva de ingerir cantidades fatales. Claro que aun así hay sorpresas: una vez por poco me voy del aire en casa de un amigo, pues algo me hacía daño y no sabía qué, y para aliviarme la garganta dejé de comer y tomé un vaso tras otro de vino casero… hasta que mi aterrado colega recordó que su padre, para clarificar el vino a la vieja usanza, echaba una clara en el barril. Otras veces ocurre que, pese a todas mis advertencias, los anfitriones creen que mi aprensión es mera paja intelectual, y me dan una pasta de bocaditos que “casi no tiene huevo” sin comprender que el casi en tal situación corresponde a la diferencia entre seguir vivo o terminar dando nombre a un grupo de Cine Aficionado en la Casa de Cultura de Palma Soriano.

 Cuando estudiaba en la Vocacional Lenin, acudía al expediente de cambiar el masarreal o el pastel de la merienda por la malta, la tortilla del almuerzo por el pan, etcétera. (Claro que los interesados pronto descubrieron que, si se negaban a darme algo a cambio, al final de todos modos terminaría regalando la porción apetecida). Más tarde, cuando salí de Cuba por primera vez, descubrí que haberle cogido la vuelta a la cocina criolla no me resolvía ningún problema en ultramar: cualquier salsita, cualquier crema podía esconder al enemigo. Es curioso que ni mis padres ni mis hijas son alérgicos al huevo, aunque un poco de asma haya por ahí; vaya, da la impresión de que el tipo que diseñaba nuestro ADN fue a tomarse una cerveza y dejó a su hijo menor jugando con las complicadas cadenas genéticas.

 ¿Cómo he sobrevivido? Bueno, tomándolo con filosofía. Filosofía casera, desde luego, porque de la preparada en otro sitio uno nunca conoce los ingredientes.

                                                                                10 de junio, 2013

comentarios
  1. Juan Miguel dice:

    Definitivamente esta entrada es deliciosa. Muy bien escrita.
    Ahora estoy un poco ocupado, pero tú alergia podría tener cura. Te recomiendo que leas a ese genio de genios que se llamó Dr.Atkins. Todas las alegias pueden ser tratadas, incluyendo a los paciente mortalmente alérgicos a la penicilina, a los que se vacunan erradicando el problema de por vida. Tu alergia tiene cura. Luego te explico.

  2. Edier Valdez dice:

    Esto si es un tema delicado. Aunque tenga diferencias con Eduardo me sensibilizo con su problema, ya que la salud es un tema susceptible. Sinceramente ojala que un dia resuelva esta afeccion. Conozco muchas personas alergicas a diferentes cosas y es realmente triste ver como estan limitados en multiples facetas de la vida. Si en algo puede ayuar a Eduardo este estudio ahi le va.

    Alergia al huevo

    Dra. Elena Alonso Lebrero

    Médico especialista en Alergología y Pediatría. Servicio de Alergia del Hospital Materno-Infantil Gregorio Marañón, Madrid

    ¿En qué consiste la alergia al huevo de gallina?

    La alergia al huevo de gallina es una reacción adversa causada por un mecanismo inmunológico y que se produce por la ingestión y el contacto con huevo. Solamente se da en las personas que tienen una sensibilización alérgica a ese alimento; es decir, que han producido inmunoglobulinas IgE, que se dirigen específicamente contra las proteínas de huevo.

    Esta reacción se repite cada vez que se tiene nuevo contacto con dicho alimento.

    La alergia al huevo no guarda ninguna relación con otro tipo de problemas producidos por el consumo de huevo o productos derivados de éste que se encuentren en mal estado. Éstas otras son reacciones adversas relativamente frecuentes y que ocurren por contaminación del producto con bacterias, y por tanto se corresponden con reacciones de tipo tóxico, con síntomas que cursan con diarrea, vómitos y, en ocasiones, fiebre. Aparecen en prácticamente todas las personas que han consumido el alimento en esas condiciones. Estas personas no presentarán problemas al comerlo posteriormente en buen estado.

    ¿Qué síntomas causa la alergia al huevo?

    Como todas las alergias a alimentos, puede causar síntomas muy distintos, que oscilan entre un leve picor en la boca y/o la garganta, y otros mucho más graves, hasta el punto de poner en peligro la vida. Estos síntomas suceden en un tiempo corto, como mucho de una hora, tras tomar este alimento. Los síntomas típicos más habituales son los que tienen lugar en la piel, con enrojecimiento, picor, urticaria (ronchas) local o generalizada y edema o hinchazón de los labios y los párpados. Tampoco son raros los síntomas digestivos con vómitos, dolor abdominal y diarrea. Con menor frecuencia pueden aparecer síntomas respiratorios de nariz con estornudos, conjuntivitis y mucosidad líquida, o incluso tos, que pueden seguirse de cambios en la voz, dificultad para respirar y para tragar. Estos últimos síntomas son muy graves y deben ser motivo de consulta y tratamiento.

    ¿Estos síntomas son típicos de la alergia al huevo?

    No, son los síntomas habituales en cualquier alergia a alimentos. Por otra parte, no existen síntomas especiales, típicos de alergia alimentaria, sino que lo importante es la secuencia y asociación entre la toma de huevo y la aparición de cualquiera de ellos.

    ¿Por qué se produce la alergia al huevo?

    Como en todas las alergias, suele existir un primer contacto que se tolera bien, pero durante éste el huevo actúa como sensibilizante (prepara al individuo para ser alérgico) y es en posteriores ingestas cuando se producen los síntomas. En el caso de los huevos de aves y, entre ellos, el huevo de gallina, que es el que se consume preferentemente en la alimentación humana, se trata de unos productos muy ricos en proteínas y con coste económico bajo, y por tanto de utilización habitual en todos los hogares. El huevo está presente, además, en muchos productos y es ampliamente consumido por nuestra población, lo que hace que sea una de las causas más comunes de alergia a alimentos.

    La alergia al huevo de gallina es una reacción adversa cau­sada por un mecanismo inmunitario, y que se produce por la ingestión y el contacto con huevo.

    ¿Cuáles son los factores de riesgo para ser alérgico al huevo?

    Son factores de riesgo para padecer alergia al huevo la carga alérgica familiar, padecer dermatitis atópica o haber presentado alergia previa a otro alimento.

    En los niños existe la posibilidad de encontrar una sensibilización al huevo antes de su introducción en la dieta. Esta sensibilización se produce por mecanismos diversos, entre los que se encuentra el posible paso de antígeno intraútero durante el embarazo, o a través de la lactancia materna, o más frecuentemente por contactos inadvertidos orales o cutáneos, por las manos, besos, etc., de los familiares. Así, casi la mitad de los niños alérgicos a la leche tienen pruebas positivas para huevo. Los lactantes sensibilizados al huevo por estas vías pueden presentar una reacción alérgica con la primera introducción del huevo en su dieta. La existencia de alergia clínica, esto es, que sean personas verdaderamente alérgicas y deban evitarlo, debe confirmarse siempre con una prueba de exposición controlada: es decir, tomarán el huevo en la consulta y se observará la aparición de síntomas. Sólo se considerarán alérgicas si muestran alguna reacción adversa.

    ¿Cómo se puede saber si alguien es alérgico al huevo?

    Se debe sospechar en las personas que presenten los síntomas descritos anteriormente tras tomar ese alimento. Este diagnóstico se confirmará o se descartará tras realizar una consulta al alergólogo.

    El especialista realizará un estudio alérgico completo, que incluye la historia clínica con recogida de los síntomas, la realización de pruebas cutáneas con huevo y sus fracciones de proteínas, aparte de otras pruebas cutáneas con el resto de alimentos sospechosos que hayan podido coincidir. Se podrá practicar un análisis de sangre, que si bien no es siempre imprescindible, permite conocer los valores en suero de la IgE específica para huevo y sus distintas proteínas, y valorar su evolución a lo largo del tiempo.

    En caso de surgir dudas con la historia clínica, o con las pruebas cutáneas, o en los casos en que ha transcurrido mucho tiempo desde que ocurrió la reacción, es necesario añadir una prueba de exposición, que también se conoce como de provocación y que se llevará a cabo siempre bajo supervisión médica.

    ¿En qué consiste la prueba de provocación con huevo?

    La prueba de exposición o provocación (o tolerancia) consiste, como para el resto de los alimentos, en que el paciente tome cantidades crecientes de huevo. Las tomas se dosifican en cantidad y se espacian en el tiempo según unas pautas preestablecidas, de modo que pueda observarse si provocan en el paciente alguna reacción o si el paciente lo tolera bien.

    Se inicia la prueba con huevo duro, generalmente con la clara, pero en ocasiones, si no se conocen exposiciones previas del paciente al huevo o en determinados casos sospechosos de gravedad, es preciso comenzar con la yema. Si ésta se tolera, se sigue de la administración de clara o de huevo completo. Se comienza siempre por una pequeña porción, que se va aumentando progresivamente con intervalos de aproximadamente 30 minutos. Tras tomar la dosis completa, se mantiene al paciente en observación, al menos una hora. Si por el contrario presenta algún síntoma durante la prueba, se interrumpe inmediatamente y se le aplica el tratamiento necesario.

    Si tolera un huevo completo preparado en cualquier presentación gastronómica, incluyéndolo crudo, se considera no alérgico.

    ¿La provocación es siempre con el huevo tal cual o se oculta o disimula con otro alimento?

    En niños pequeños se hace uso de la provocación abierta, es decir, se les ofrece el alimento con una presentación tal y como es tomada habitualmente, como huevo cocinado, semicrudo o crudo, siguiendo las pautas ya descritas.

    En pacientes adolescentes, adultos o con clínica dudosa, se emplea con frecuencia el método que se conoce como simple o doble ciego. Es decir, el huevo se oculta en otro preparado enmascarando olor, color y sabor, para que el paciente desconozca lo que contiene. Al finalizar totalmente la prueba, se comunica al paciente o a sus familiares lo que ha tomado y los resultados obtenidos. El motivo de realizar este método es evitar confusiones con reacciones que son subjetivas o de aversión del paciente al alimento.

    Si el caso del paciente está incluido en un protocolo de investigación se empleará siempre provocación doble ciego, es decir, ni el paciente ni la persona que se lo ofrece y observa (el investigador) conocerán de antemano el contenido del alimento. No es de sorprender, ya que es el procedimiento recomendado y también el más definitivo, aunque ocupa más el tiempo del paciente y del personal sanitario.

    ¿Las pruebas de provocación son peligrosas?

    Se tomarán siempre todas las medidas para impedir que el paciente corra riesgos innecesarios. Debe considerarse una contraindicación absoluta para la realización de la prueba de exposición/provocación, la existencia de síntomas recientes, sugestivos de alergia al alimento asociado a unas pruebas cutáneas y analíticas positivas.

    Si se tiene sospecha de que el alimento ofrece pocas posibilidades de ser tolerado, la toma del huevo puede ir precedida de otro tipo de acercamientos diagnósticos como son la provocación labial (mantener una porción de huevo cocinado sobre el labio durante unos minutos con observación posterior) y el test de contacto cutáneo conocido también como test de frotamiento (contacto con huevo bien cocinado o crudo sobre una pequeña porción de la piel íntegra en la espalda). Estas pruebas, si bien no tienen el mismo valor que la exposición oral, resultan útiles, son rápidas, más seguras y resultan orientativas de la clínica. Si se comprueba que el paciente presenta una urticaria local (ronchas en la zona de rozamiento) importante, o síntomas de alergia de otro tipo, no se continúa con la provocación oral. Estos procedimientos también deben ser realizados en la consulta y bajo control médico.

    Antes de proceder a la prueba de exposición/provocación, se ofrecerá información al paciente de todas las alternativas, ventajas e inconvenientes, y éste tendrá la oportunidad de realizar al médico responsable todas las preguntas necesarias. Esta información y la aceptación quedarán reflejadas en un documento de consentimiento informado, que se incluirá en la historia y que puede ser revocado por el paciente en cualquier momento. Este procedimiento es similar al de cualquier tipo de provocación.

    ¿Es imprescindible la prueba de exposición/provocación?

    Lo que se pretende con esta prueba es conseguir un diagnóstico preciso y actualizado. Además de para confirmar el diagnóstico inicial en los casos dudosos, también es útil para valorar la evolución. Si el episodio ha ocurrido hace tiempo, puede haberse dado una evolución a la tolerancia, como es lo habitual en la infancia en aproximadamente el 75% de los casos de alergia al huevo. En estos casos, una prueba de provocación negativa que confirma la tolerancia permite consumir libremente este alimento y sus derivados, y ampliar la dieta de manera muy gratificante para el paciente.

    ¿Es muy frecuente la alergia al huevo?

    Se trata de la causa más frecuente de alergia alimentaria en los niños de más de 12 meses. La prevalencia estimada de alergia al huevo oscila entre el 0,5-2,7% de la población general en los primeros años de vida.

    Son muy pocos los casos que se inician después de los 2 años de edad. En los adultos se describe una prevalencia de casi un 1% de tener IgE específica positiva (anticuerpos en la sangre) frente al huevo, pero sólo la mitad de los casos presentan una reacción alérgica si ingieren este alimento.

    Entre los motivos de consulta por alergia alimentaria, el huevo es causa del 44% de las consultas en menores de 5 años y de sólo el 10% en mayores de 5 años.

    ¿Todos los que tienen pruebas positivas al huevo son alérgicos?

    No, en absoluto; la sensibilización al huevo expresada como pruebas cutáneas y de laboratorio es mucho mayor que el número de personas que sufren reacciones adversas, que puede alcanzar hasta al 5% de la población general. Por eso es fundamental efectuar una historia clínica y la prueba de provocación. Nunca debe realizarse una dieta sin huevo sólo en función de unas pruebas cutáneas o de los datos de un análisis.

    En ocasiones, unas pruebas cutáneas o en sangre positivas solamente indican una sensibilización ya superada (alergia que ocurrió en la infancia y evolucionó bien a tolerancia) y otras veces son sólo un hallazgo y nunca tuvieron significado, como ocurre en muchos pacientes con dermatitis atópica.

    ¿La alergia al huevo puede ocurrir a cualquier edad?

    Este cuadro se revela sobre todo en niños y con las primeras tomas de huevo, que según las pautas de introducción de alimentos en la dieta actualmente recomendadas, ocurre sobre los 12 meses de vida. La yema, que es la primera que se incorpora a la dieta, es habitualmente bien tolerada, pero con la introducción del huevo completo, incluida la clara, pueden aparecer los primeros síntomas. Algunos pacientes son capaces de tolerar el huevo cocinado en forma de huevo duro con cocción prolongada y desnaturalización por tanto de algunas proteínas que producen alergia. Pero al comenzar con otras presentaciones gastronómicas, muy frecuentes en nuestras costumbres, como es en forma de tortilla con menor cocción, comienzan a sufrir los síntomas.

    Una situación especial es el inicio de síntomas para la yema en edad adulta, años después de haber tolerado bien huevo anteriormente. Estas reacciones se llaman síndrome ave-huevo.

    También está descrita como forma de comienzo excepcional la aparición de síntomas en la edad adulta por exposición a alérgenos alimentarios de huevo trasportados por el aire masivamente. Esto puede ocurrir en trabajos de pastelería, como sucede en el llamado síndrome del roscón de Reyes, que consiste en un asma producida por la exposición y sensibilización a proteínas del huevo en forma masiva y durante unos días.

    ¿Es una alergia para siempre?

    La evolución a la curación se registra en algo más del 70% de los niños que se hacen alérgicos. En ocasiones esto sucede precozmente. Así, a los 24 meses toleran el huevo aproximadamente el 20%; a los 3 años, el 30-35%, y a los 5 años de vida el 50-55%. Más tarde, la evolución a la tolerancia se produce más lentamente, hasta alcanzar el 60-75% a los 9 años. El pronóstico de la alergia al huevo en la edad adulta, es decir, la cantidad de gente que dejará de ser alérgico con el tiempo, es desconocido.

    ¿Qué parte del huevo es la más alergénica?

    Los dos componentes del huevo, clara y yema, pueden provocar alergia; pero la clara, por tener más cantidad de proteína, tiene mucha mayor responsabilidad en la alergia al huevo.

    En la clara de huevo han podido determinarse al menos 24 proteínas diferentes que inducen alergia. Las más importantes son la ovoalbúmina y el ovomucoide, aunque hay otras también importantes como son la conalbúmina, la lisozima, la ovomucina y otras proteínas peor conocidas, entre las que se encuentran la avidina, ovoinhibidor, flavoproteínas y las catalasas.

    La ovoalbúmina y el ovomucoide son parcialmente estables al calor, y son los alérgenos más importantes del huevo. El ovomucoide es más resistente al calor que la ovoalbúmina y se relaciona con la persistencia de la clínica a lo largo del tiempo. Si esta proteína es negativa en pruebas cutáneas y no se detecta IgE específica en sangre, es más probable que el paciente tolere el huevo cocido, así que esta prueba tiene interés diagnóstico. La conalbúmina y la lisozima son menos estables al calor y resultan antígenos más débiles.

    En la yema se encuentran varias proteínas como las apolivetinas, que serían los alérgenos mayores, y las livetinas, que desempeñan un papel importante en un tipo de alergia al huevo asociado a la alergia a plumas. La a-livetina, o albúmina sérica, está presente en las plumas de las aves, la carne y el huevo de gallina y otras aves. Esta proteína es la responsable del síndrome ave-huevo, en el que el paciente desarrolla asma (dificultad respiratoria) al inhalar las partículas de las plumas de las aves y al comer huevo y carne de gallina, una reacción alérgica alimentaria. Estas livetinas proceden de la albúmina sérica (de la sangre) de la gallina. Están presentes en diversas especies de aves y en huevos de gallina, pavo, pato o gaviota. Es curioso que la sensibilización inicial del paciente se produzca por partículas suspendidas en el aire (aeroalérgenos) procedentes de plumas de otras aves domésticas como loros, canarios y periquitos, y luego se producen los síntomas con huevo.

    ¿Qué tratamientos existen para la alergia al huevo?

    El tratamiento indicado en la sensibilización sintomática al huevo es la dieta exenta de este alimento y de todos los que lo contienen.

    Como la evitación es a veces difícil de lograr con éxito, los pacientes y sus familiares deben estar entrenados en el reconocimiento de los síntomas y la actitud que deben seguir si hay ingestión o contacto accidental. Deben estar familiarizados fundamentalmente en el reconocimiento de reacciones graves y en la secuencia del tratamiento que hay que seguir. El especialista debe proporcionar una información práctica y por escrito de las actitudes y los medicamentos indicados, especificando la dosis y la forma de administración en caso de reacción.

    En los últimos años y todavía de forma muy restringida, se están empleando tratamientos de inducción de tolerancia oral, que pretenden llegar a la tolerancia total del alimento; o en su defecto, conseguir aumentar el umbral de tolerancia, en pacientes con alergias persistentes, de forma que puedan llevar una dieta con las mínimas restricciones. Estos tratamientos, utilizados ya en nuestro país desde hace unos años, ofrecen porcentajes de éxito de alrededor del 90%. Sin embargo, su realización no está libre de riesgos y debe llevarse a cabo en centros especializados y por personal entrenado.

    ¿Qué dificultades pueden surgir para realizar una dieta sin huevo?

    El huevo o sus proteínas pueden encontrarse como alimento oculto en otros alimentos, incluso en cosméticos. Se emplea como componente principal en productos de repostería y salsas, y puede hallarse también en múltiples alimentos como elemento secundario, en pequeñas cantidades no declaradas ni percibidas de entrada por el paciente. Se puede utilizar, por sus diferentes propiedades, como emulsionante, abrillantador, clarificador o estar simplemente presente de forma inadvertida como contaminación a través de los útiles de cocina.

    El huevo puede hallarse en productos de pastelería, en hojaldres con cubierta brillante, pan rallado, pastas, fiambres, patés, embutidos, sucedáneos de huevo, caramelos, quesos, gelatinas, consomés, sopas, algunas margarinas, café cremoso, vinos y un largo etcétera.

    El seguimiento de una dieta de evitación de un alimento tan ubicuo implica una educación del paciente y de los que le rodean, en prevenir contra la ingestión e incluso el contacto directo o indirecto con huevo, y en la lectura detallada de los componentes de los productos envasados. El huevo figura en la normativa actual sobre etiquetado, presentación y publicidad de productos alimenticios (BOE 2004) como uno de los ingredientes que deben figurar de forma clara en el etiquetado, aunque con algunas exclusiones (lisozima producida a partir de huevo utilizada en el vino y albúmina de huevo utilizada como agente clarificante en el vino y la sidra).

    El huevo puede estar oculto en los alimentos, ya que puede utilizarse como emulsionante, abrillantador o clarificador. (Créditos, F. 90)

    Esta normativa se refiere solamente a los productos envasados, pero no a los consumidos en lugares donde se toman alimentos sin envasar, ni tampoco afecta a cosméticos, medicamentos ni otros productos que puedan contener huevo.

    A pesar de todas las precauciones tomadas, refieren haber sufrido, en algún momento, síntomas con huevo como alimento oculto, ingestión o contacto accidental, al menos un tercio de los pacientes alérgicos a este alimento.

    ¿Los alérgicos al huevo podrían tolerar algunos alimentos que lo contengan?

    Algunos alérgicos al huevo pueden tolerar pequeñas cantidades de huevo sin presentar síntomas, dependiendo de su umbral de reactividad, es decir, de si son muy o poco alérgicos y de la cantidad de proteínas con las que el paciente se enfrente. El especialista le indicará los posibles riesgos que puede tener y se valorarán las ventajas e inconvenientes respecto a una dieta más o menos restrictiva.

    También algunos pacientes pueden tolerar determinadas preparaciones de huevo, muy cocido, horneado, si bien deben evitar el huevo poco cocinado. Cada caso debe valorarse individualmente.

    ¿Las personas alérgicas al huevo de gallina pueden tomar huevos de otras aves?

    En general los huevos de distintas aves utilizadas en el consumo humano comportan un alto grado de reactividad cruzada. Excepcionalmente está descrita la tolerancia a los huevos de codorniz, lo que tiene pocas connotaciones prácticas desde el punto de vista culinario. Por otra parte, también está descrita la alergia al huevo de pato con buena tolerancia al huevo de gallina.

    ¿Las personas alérgicas al huevo pueden ser alérgicas a otros alimentos?

    Es muy frecuente la asociación de alergia al huevo con alergia a otros alimentos. Esto sucede hasta en el 60-70% de los casos en algún momento de la vida. Con relación a algunos alimentos, como es la leche de vaca, se trata de una alergia generalmente transitoria, pero también pueden surgir alergias posteriores a otros alimentos, tales como frutas frescas, frutos secos, etc. Estas alergias pueden surgir cuando el paciente sigue siendo alérgico al huevo e, igualmente, cuando ya lo ha superado.

    Una circunstancia especial es que en los alérgicos a la clara de huevo, con frecuencia se observan pruebas cutáneas positivas a la carne de pollo, si bien toleran su ingestión. De hecho, la alergia clínica (con síntomas) a la carne de pollo es muy infrecuente, probablemente porque las proteínas implicadas de la reacción cruzada se desnaturalizan con el calor de la cocción.

    ¿El huevo de gallina es un alimento imprescindible en la dieta?

    No existe ningún alimento imprescindible, ya que todos pueden ser sustituidos por otros con valor nutricional semejante. Sin embargo, en nuestra dieta el huevo está presente de forma casi ubicua, por su valor energético, su bajo coste y sus propiedades coagulantes y aglutinantes que son muy útiles en la cocina. Sin embargo, desde un punto de vista alimenticio, sus proteínas pueden ser sustituidas por otras de origen animal o incluso vegetal, y sus grasas por aceites vegetales o animales.

    ¿Es verdad que hay vacunas que contienen huevo?

    Es muy conocido el riesgo de su posible presencia en vacunas víricas cultivadas en embrión de pollo, al arrastrar pequeñas cantidades de proteínas de huevo. Esto sucede con la vacuna triple vírica (sarampión, rubeola, paperas), la vacuna antigripal, la de fiebre amarilla y algunas presentaciones de la de hepatitis A (EpaxalR).

    Este peligro es mínimo para la triple vírica (virus vivos atenuados, cultivados en fibroblastos de embrión de pollo) y existen desde hace muchos años numerosas experiencias que avalan la seguridad de la vacunación con la técnica y preparado convencional en estos pacientes. Sin embargo, en pacientes anafilácticos (los que han desarrollado reacciones graves), es prudente realizar una prueba cutánea previa con la vacuna, y si resulta positiva, realizar obligatoriamente una administración fraccionada.

    Los huevos de codorniz también se emplean en la alimentación. (Créditos, F. 91)

    Respecto a la vacunación antigripal, los dos tipos de vacuna que hay en el mercado están cultivados en huevo de gallina, y contienen proteínas de huevo. Deben emplearse solamente aquellas que contienen ≤ 1,2 mcg de proteína de huevo por ml de vacuna (vendrá en el prospecto). Existe contraindicación de la vacuna antigripal en los niños que hayan presentado reacción anafiláctica grave tras la ingesta de huevo o a una dosis previa de la vacuna antigripal.

    En los demás casos, si se considera preciso por situación epidémica, se puede administrar de forma fraccionada: primera dosis con una décima parte de la vacuna, y a los 30 minutos el resto (9/10), además de mantener en observación el paciente durante una hora.

    ¿Es cierto que existen medicamentos que contienen huevo?

    Algunos medicamentos, preparados vitamínicos o gotas nasales para aliviar la congestión, contienen lisozima, y en algunos inductores anestésicos (propofol), se encuentran otros derivados del huevo.

    ¿La alergia al huevo predispone al asma?

    Presentar IgE específica frente al huevo durante el primer año de vida se considera un factor predictivo de riesgo de enfermedad atópica. Por tanto, la reactividad al huevo puede ser, en la actualidad, el principal y más precoz marcador de riesgo de una posterior sensibilización a inhalantes, y del desarrollo posterior de patología alérgica respiratoria del tipo de rinitis o de asma. En la infancia, la combinación de una historia familiar positiva (antecedentes de enfermedad atópica en al menos un familiar de primer grado) e IgE específica a clara de huevo es un marcador de futura sensibilización a aeroalérgenos. Si a la alergia al huevo se asocia dermatitis atópica, el riesgo de presentar patología alérgica respiratoria a los 4 años se eleva.

    • Liborio Mendigutía dice:

      Edier, ¡por tu vida! ¿Crees que Eduardo o alguien más va a leerse ese mamotreto? Afloja, viejito…

      • Juan Miguel dice:

        Pues Don Liborio, usted como siempre tan confundido para no variar; yo si leí lo que publico Edier y me parece muy al caso.

  3. charlitos dice:

    CREO QUE SERIA UNA FALTA DE CONSIDERACION CON EDIEL AGREGAR MAS COMENTARIOS SOBRE ESTE TEMA Y UNA FALTA DE LESA CONSIDERACION CON EDUARDO EL TOMAR ESTE POST PARA JODEDERAS .

  4. Juan Fernández dice:

    Aaaahhh bueno, ahora entiendo,quizás de la falta de huevos es entonces que te vienen esos problemas de «saltinbanqui» que tienes siempre en cuanto a la política y los «comuñangas»…..¡Mira que este mundo es complicado!!!!

  5. esther paderni dice:

    Viva Angel Yunier Cuba necesita 7 millones como el

    Date: Tue, 11 Jun 2013 15:54:00 +0000 To: lolos123@hotmail.com

  6. Gonzalo dice:

    Me solidarizo con Eduardo, sobre todo por el sistema de protección que debe tener permanentemente, lo que para los demás es totalmente intrascendente, para el es eso, una preocupación permanente, yo soy alérgico al castrismo al punto que tengo que estar alejado por lo menos a 4000 km de distancia de su habitad.

    • Juan Miguel dice:

      Y entonces Gonzalo, a esa distancia de cuatro mil kilómetros de distancia, despotricar de la Revolución Cubana pero ni a jodidas, irte a Cuba a pelear por tus ideas. Lo tuyo es muy fácil.

  7. OsoMichuacano dice:

    Eduardo:

    Me solidarizo también con tu alergia, aunque hablando en plata, me importa un carajo, porque nada puedo hacer para ayudarte y lo veo como algo tan personal como una enfermedad venérea o tener ladillas, pero bueno, eres el dueño de este medio de prensa y puedes hacer en él lo que te venga en ganas.

    Cambiando de tema, te paso un link, que es posible hayas leído, donde se habla de la llamada «reestructuración del ICAIC”, asunto sobre el cual creo sería interesante nos dieras tus opiniones, que para algo llevas como medio siglo ¿ganándote? los frijoles allí, claro si no te perjudica, lo cual entendería totalmente, porque hay que saber nadar y guardar la ropa.

    El enlace es:
    ¿Extras o protagonistas?

    http://www.bbc.co.uk/blogs/mundo/cartas_desde_cuba/2013/06/extras_o_protagonistas.html#comments

    • Juan Miguel dice:

      Coño Oso Michoacano, hay que tener un poco de piedad y no ser tan desalmado ¿cómo se te ocurre escribir semejante disparate lleno de desprecio total por un ser humano? Hombre, deberías pedir disculpas.

  8. Liborio Mendigutía dice:

    Yo os lo dije, hermanos lectores de este blog: ¡Eduardo del Llano es alérgico al huevo! ¿Desde cuándo vengo repitiendo lo mismo? Ahora el mismo del Llano lo confirma. ¿Qué les indica esto? Que en lo sucesivo debían atender mejor a lo que digo. Si mañana les informo que Eduardo del Llano está filmando una película sobre el abominable hombre de las nives, me lo pueden creer… Ahora les dejo otro chisme, que tal vez no ahora, pero algún día, Eduardo se encargará de certificar. Escuchen: ¿Saben quién le escribía los chistesitos a Eduardo cuando era miembro de Nos-Y-Otros? Entérese todo el mundo: José León Díaz. Sí, ya sé que el nombre tal vez le resulte desconocido a alguno de ustedes. Pero Eduardo del Llano lo conoce bien, ¿verdad, Eduardo? León abandonó Nos-Y-Otros para dedicarse por entero a la literatura, aunque bien es cierto que no ha publicado un solo libro. En cambio, Eduardo ha publicado varios libros, incluyendo una última novela, malita, malita, que se titula «Cuarentena» y ha hecho varias películas y todo. Pero en aquellos tiempos el genio tras bambalinas en Nos-Y-Otros era León, ¿verdad Eduardo? Confiesa… Tú sabes que yo te conozco… no de atrás, pero sí de antaño. Como siempre, el post es muy bueno (aunque no tu alergia, muy lamentable). Un abrazo bien cargadito de albúmina.
    Liborio.

    • Juan Miguel dice:

      Usted como siempre Don Liborio, con sus recaditos de adorable anciana con redecilla en su pelo blanco, que luego se va a una licorera a comprar vino y pide ingenuamente el de la etiqueta con una monjita, sin percatarse que tiene 40 grados de alcohol y es el más fuerte.
      Cambiando de tema. Leo en línea que hay un escrito de Eduardo titulado, El imperialismo capitalismo monopolista, pero no hay manera de bajarlo y estoy interesado en leerlo ¿alguien me lo facilita?

      • Augusto Juarrero dice:

        Ese libro fue escrito por el padre de Eduardo hace ya bastantes años.

      • Liborio Mendigutía dice:

        Yo te lo puedo llevar, amigo Juan Miguel, ¿me das tu dirección? De paso te hago la visita y llevo un vinito de 40º, de los que a ti te gustan, bien fuertecito… Jejejejejeje.

      • Augusto Juarrero dice:

        El padre de Eduardo era Doctor en Economia politica, graduado en la antigua Union Sovietica. Era una persona sencilla y agradable.

    • José León Díaz dice:

      No entiendo qué relación pueda tener la alergia al huevo con la historia de NyO, salvo algunos chistes entre los miembros del grupo y, en caso de celebraciones, separarle a Eduardo alimentos no contaminados. Mucho menos entiendo por qué tengo que aparecer yo en una fantasía (quizá sí contaminada, aunque no de huevo) de quien firma como Liborio; pero, para aclararle (y tal vez ayemarle) la mente, nadie en el grupo escribía los cuentos por otro. O sea, cada cual hacía lo suyo y después entre todos (especialmente en los inicios) revisábamos y nos sugeríamos ideas que por lo general mejoraban los resultados. En otras palabras, nadie en el grupo hizo mérito a costa de los demás, y es de muy mala leche (quizá de alérgicos a la lactosa) afirmar algo que empaña la amistad que existió entre los jóvenes (éramos cuatro) que una vez inventamos el grupo Nos Y Otros. Amistad que aún existe, a pesar de la treintena de años transcurridos, durante los cuales por supuesto que ha habido altas y bajas. Si quiere una prueba de lo anterior, lléguese a la próxima peña de Eduardo (en julio), allí estaré invitado por él a leer algunos cuentos breves.
      Aunque desconozco cuáles son sus motivos, obviamente sus intenciones son atacar o ridiculizar a Eduardo, y respeto su opinión (aunque no concuerdo con ella) sobre lo que ha escrito o filmado, pero por favor no me utilice para tales fines. Yo nunca fui un “genio” tras bambalinas, de hecho (y ya que este es el tema del post) soy alérgico a estar lo mismo delante que detrás de ellas.
      Y un último detalle, ya que parece muy interesado y conocedor de NyO, de Eduardo y de un servidor, y como siempre me han dicho que para opinar sobre otros uno debe estar lo mejor documentado posible, puede anotar que sí tengo un libro publicado (de poesía) y que este año debe publicarse uno de cuentos.

      José León Díaz

  9. Juan Pablo Noroña dice:

    Supuestamente, las dos alergias alimentarias, la intolerancia a la lactosa y la celaquía son condiciones naturales del ser humano, pero la parte de la humanidad que se dedicó mayormente al nomadismo y la ganadería evolucionó para desechar la intolerancia a la lactosa, en tanto la que se decantó sobre todo por el cerealismo sedentario dejó detrás la celiaquía natural. Eventualmente todos los grupos humanos se mezclaron, de manera tal que muy pocos seres humanos conservan cualquier de ambas condiciones, y de hecho nadie las dos en concurrencia, nadie es celíaco e intolerante a la lactosa. Nunca oí hablar de rechazo al huevo, y la verdad suena muy jodido, porque comer huevos es algo tan atávico como comer carne. La mutación de Eduardo debe ser bien cabrona, bien inviable en la naturaleza, porque si te pones a ver la proteína más fácil de conseguir es el huevo, está muy jodido el omnívoro que no pueda procesarlo.
    Buej, hay montones de alimentos nutritivos aparte del huevo, y de todas maneras el huevo sube el colesterol. Yo conocí a una mujer que no puede comer chocolate porque hay algo en el chocolate industrial que le aumentaba el riesgo de síndrome neoplásico, y a otra que es celíaca, no puede comer pan, cake ni galletas de ningún tipo. Ninguna de ambas condiciones es tan rara como la alergia la huevo, pero las ayuda a mantener la línea.

    • Juan Pablo Noroña dice:

      Escribí un poco apurado, debí decir: las afecciones autoinmunes alimentarias más comunes, la intolerancia a la lactosa y la celiaquía, son condiciones…

      • Juan Miguel. dice:

        Entonces Juarrero, ahí le envío un saludo.
        ¿Dices que es un libro escrito por el padre de Eduardo? ¿No es un artículo escrito por su hijo?

      • Juan Miguel. dice:

        ¡Eh! ¡San Juan Pablo Noroña¡
        ¡Váyale! ¡Nos estamos superando! Leí tú entradita y hablas cosas interesantes. Claro, dijiste un disparate que luego rectificaste. Pero bueno, lo que importa es que tratas de superarte.
        ¿Ya averiguaste lo que es la mano de Amberes? Frio frio frio. No, no fue la que corto el centurión. A ver, te daré una luz; tiene que ver con… ¿te digo genio cultísimo?
        Ja ja ja, no sabe lo que es la Mano de Amberes y en la net no hay nada de nada. Ja Ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja.
        Te podría decir tantas cosas que tú no sabes y que no encontraras en la Net. Ja Ja ja ja ja ja ja ja ja ja ¿Te hago otra pregunta? Ja Ja ja ja ja ja ja ja ja ja

  10. Liborio Mendigutía dice:

    ¿Alguien en este blog sabe en qué trabaja Juan Miguel?

    • Juan Miguel. dice:

      Doy clases de “piano de cola” y pinto “cuadros rectangulares” para torturar holandeses.
      ¿Te gusta la música y la pintura?
      Mira, te hare una anécdota con el permiso de Eduardo. El gran Rembrandt pinto un día un retrato -por cierto, usaba tanto empaste que corrió el chiste que un retrato de Rembrandt se podía colgar de las narices- bueno, como te decía, un día el gran Rembrandt pinto un retrato al que adorno con un birrete- una joya- pero resulto, que a los exclusivos ojos de Rembrandt entre el birrete que adornaba la ropa y el retratado, había algo que no entonaba ¿sabes que hizo Rembrandt? borro- técnicamente se dice arrepentimiento- todo el cuadro menos el birrete ¿Te gusto?
      A veces leyendo a Eduardo, me dan ganas de borrarlo todo y dejar solo la fecha. Ja Ja Ja Ja

    • Gonzalo dice:

      Es el que «atiende» a Eduardo por el G2

      • Juan Miguel dice:

        Entonces Gonzalo ¿yo debo suponer entonces que tú eres el de la CIA que atiende a Eduardo? No hombre, tendría yo que ser demasiado imbécil para imaginar tal cosa

  11. Juan Pablo Noroña dice:

    Juanmi es de profesión enfermero. Un día que él estaba de guardia en el policlínico, allá por los 90s, se apareció Eduardo del Llano con un caso de shock anafiláctico por huevo. Juanmi le puso una inyección de benadrilina, a Eduardo le dio la modorra del antihistamínico, y Juanmi vio los cielos abiertos, porque como a él los huevos no le dan alergia sino alegría, fue a tocar los de Eduardo. Este no estaba tan dormido, se dio cuenta, y le dio a Juanmi tal galleta que lo dejó como al Pato Lucas, con la bemba justo debajo de la oreja. Eduardo se fue, tambaleándose pero con la diginidad y la huevera literalmente intactas, mientras Juanmi suplicaba que no lo echara palante porque él era presidente del CDR, trabajador de vanguardia y candidato para recluta del MININT. ¿Cómo me sé el cuento? Porque estuve con la hija de la doctora que estaba de guardia esa noche fatídica en que Juanmi se ganó el nombrete de Bembavirá, pero a cambio conoció el terrible secreto de la alergia al huevo de Eduardo del Llano.

    • Juan Miguel dice:

      Vamos Juan pablo, que tú sabes que no fue así; quien toco a Eduardo fue el travesti que limpiaba el piso de la clínica y se apodaba Juana Paula la Ñoña.

  12. charlitos dice:

    !! HURRAAAAAAAA !! Juan Pablo , perfila un poco mas los detalles y tendremos el guion para agregarle un capitulo mas a la serie de Nicanor , que bien podria llamarse . «GALLETA POR TOQUE DE HUEVOS».

  13. Edier Valdez dice:

    !!!! MUCHAS FELICIDADES A TODOS LOS QUE SON PADRES Y QUE PARTICIPAN EN ESTE BLOG INCLUYENDO A EDUARDO !!!!

  14. Juan Carlos de los Palottes dice:

    Solo quiero decir que aca donde vivo y despues de 40 anos soy alergico al Polen y es difificl sobrevivir en la temporada de la polinizacion pues tal parece que al que polenizan es a mi y no a donde se supone que el polen haga su function natural que todos sabemos que es la polinizar todo lo que sea polinizable …,me entiende?

  15. Te felicito Eduardo, buena nota y mejor filosofía. Recuerdo la reacción de algún idiota cuando le contabas ese mal, el cubano suele quedarse en la connotación humorística de la palabra y no en el peligro que denota, por eso estamos como estamos.

Replica a Carlos Manuel Estefanía Aulet Cancelar la respuesta