SÍ SE PUEDE

Omar Franco, Eduardo del Llano y Carlos Gonzalvo durante el rodaje de Omega 3

 La valoración del cubano acerca de sí mismo se mueve entre dos polos: por un lado, somos los más duros, los que mejor templamos, los más jodedores y gozadores; por otra parte, todo lo bueno viene de Afuera, desde la ropa hasta las películas.

 He comenzado la cuarta semana de rodaje de Omega 3, mi segundo largometraje después de Vinci (2011). Es, como ya se ha divulgado, una historia de ciencia ficción ambientada en un futuro cercano. Aunque por motivos promocionales se la rotula como la primera película cubana de CF, eso no es enteramente cierto; por sólo citar un par de ejemplos, Los desastres de la guerra (2012), de Tomás Piard se desarrolla en un ambiente posapocalíptico; en Madrigal (2006) de Fernando Pérez hay un segmento con inequívocos elementos del género, basado en mi cuento La flecha rota en el carcaj de Eros, del libro Los viajes de Nicanor (2000); mi propio cortometraje Brainstorm (2009) parte de premisas y tiene un cierre de pura CF. Por demás, aunque técnicamente clasificable en el género de terror, subgénero zombies, la excelente Juan de los Muertos (2011), de Alejandro Brugués, también está por ahí, y se sabe que Miguel Coyula prepara laboriosamente un filme futurista acerca del Hombre Nuevo. En otras palabras, Omega 3 no es la primera aproximación al género del cine cubano; la novedad puede estar, quizás, en que no pretende ser una película cubana de CF, sino una película de CF a secas.

 Pero sólo estoy a poco más de la mitad del rodaje, y luego vendrán no menos de seis meses de posproducción –montaje, música, mezcla, y por supuesto efectos digitales- así que ya habrá tiempo para volver sobre el tema. A lo que deseaba referirme es a lo feliz que estoy con los resultados hasta ahora, con la creatividad de las soluciones, la brillantez de los diseños de vestuario y escenografía, la belleza de la imagen, la fuerza de las interpretaciones. Voy viendo lo que se filma y me siento orgulloso del trabajo del equipo en pleno. Intentar queOmega 3 sea universal no significa emular la espectacularidad y abundancia de los efectos en las películas americanas, sino hacer bien los que la historia necesita. Es, ya se sabe, un reto monstruoso enfrentar una película de CF en un país en que una simple conexión casera a Internet es una fantasía futurista, pero son los retos los que dan sentido al arte, ¿no? Claro, todo el tiempo lanzamos amargos vaticinios como que la gente comentará “no está mal para una película cubana” pero si mentimos y decimos, por ejemplo, que fuimos a París o Los Ángeles para hacer los efectos digitales, entonces dirán “ahhh, ya sabía yo que eso no podía ser hecho en Cuba”.

 Cada uno emitirá un juicio acorde a su experiencia; para mí, en este país hay marejadas de talento, muchísima gente ingeniosa y creativa, y he tenido la suerte de nuclear alguna en torno a mi proyecto. Pese a las carencias, la grisura y las mentalidades subyugadas, pese al escepticismo, la estrechez de miras y la ceguera, no hay nada que nosotros, los cubanos, no podamos hacer.

 Ps: Por cierto, Casting, mi mediometraje filmado en enero de este año, fue definitivamente seleccionado para competir en el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano, el mes próximo.

(5 de noviembre 2013)